El coronavirus advierte sobre una posible crisis en el campo de seguridad alimentaria debido a una confluencia de factores en donde se incluyen la interrupción de las cadenas de suministro a causa de la pandemia del covid-19, la aparición de virus que infectan al ganado y el aumento de las condiciones meteorológicas extremas como inundaciones y sequías.
Aunque actualmente no se observa una escasez de alimentos en el mundo, los costos de los productos han aumentado significativamente. Así, los datos de la ONU indican que en agosto del 2020 los precios subieron por tercer mes consecutivo, alcanzando su máximo desde el mes de febrero.
Mientras, la Oficina Nacional de Estadísticas de China reportó que los precios de los alimentos se dispararon en el gigante asiático en más de un 11 % durante el mes de agosto en comparación con el mismo período del año 2019.
La causa principal fue la peste porcina africana, que redujo drásticamente el número de estos animales en el país y provocó un aumento del precio de la carne de cerdo del 50 %. Además, la conjunción entre altas temperaturas y fuertes lluvias causaron un alza de los precios de las verduras del 6,4 %.
Otro golpe a la seguridad alimentaria la dio el covid-19. La pandemia provocó la interrupción de las cadenas de suministro, haciendo que muchos agricultores y pequeñas empresas sufrieran graves pérdidas al no poder vender sus productos.
«A medida que se desarrolla la crisis del coronavirus, las interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos nacionales, otros choques que afectan a la producción de alimentos y la pérdida de ingresos y remesas están creando fuertes tensiones y riesgos para la seguridad alimentaria en muchos países», subrayó el Banco Mundial.