Barcelona SC cerró esta noche una de sus peores participaciones en la Copa Libertadores cayendo en el Olímpico Atahualpa por 2-0 ante Independiente del Valle. Los canarios perdieron cinco partidos y ganaron uno, sumando 3 puntos de 18 posibles (16.6% de efectividad); recibió 12 goles y anotó 4 (-8 de gol diferencia).
Además, tras ocupar el cuarto lugar del Grupo A, no le alcanzó para ingresar a la Copa Sudamericana; aunque las chances de meterse en dicho torneo eran muy difíciles.
Por su parte, el equipo de Sangolquí selló su paso a los octavos de final del torneo de clubes más importante de Sudamérica como segundo del grupo con 12 puntos.
Desde los primeros minutos fueron los rayados quienes tomaron el protagonismo del partido ante un cuadro visitante que buscaba hacer daño con pelotazos buscando la espalda de los zagueros de Independiente, aunque sin conseguirlo. El equipo de Bustos fue muy impreciso y se le dificultaba realizar más de cuatro pases seguidos.
El dominio del local se plasmó en el marcador a los 24 minutos. Christian Ortiz recibió el balón y con un control orientado impecable eludió la marca de Vallecilla y remató de media distancia para colocar el balón en un ángulo y vencer a Mendoza, quien reemplazaba a Burrai.
Barcelona tuvo el empate en los pies de Álvez minutos después de estar en desventaja, pero la definición del uruguayo fue al cuerpo de Pinos.
El segundo tiempo fue una réplica, con un Independiente buscando ampliar la ventaja mientras Barcelona buscaba cómo hacer daño y empatar. El ingresado Adonis Preciado tuvo el empate luego de quedar mano a mano ante Pinos, pero su definición fue defectuosa y atajada por el golero (54m).
La presión alta de Independiente surgió efecto cuando Sergio Quintero fue presionado y perdió el balón. Le quedó servido a Gabriel Torres y el panameño definió con jerarquía ante la salida de Mendoza y poner la segunda (60m).
Preciado tuvo nuevamente el descuento en pies, pero su remate pegó en las mallas posteriores (81m).
Independiente disfrutó de la posesión del esférico hasta escuchar el pitazo final.