Samsung tuvo que retirar del mercado el teléfono Galaxy Note 7 por la combustión de algunas de sus baterías. Tenían tendencia a explotar o incendiarse mientras se recargaban, lo que ocasionó la alarma de los usuarios de la marca en todo el mundo.
Ahora la empresa surcoreana se ha dicho dispuesta a recuperar 157 toneladas de oro, plata, cobalto, cobre y otros metales de los millones de unidades que retiró del mercado y dejó de producir el año pasado tras detectar que se recalentaban. Todo un escándalo que llevó incluso a que las líneas aéreas prohibieran su embarque en vuelos comerciales.
Samsung intentan mejorar su imagen de marca antes de la próxima presentación de un nuevo modelo, el Galaxy 8 en agosto.
Se trata de una respuesta de Samsung a los grupos ecologistas como Greenpeace que han reclamado a las empresas tecnológicas que vendan aparatos más duraderos y fáciles de reparar.