El estado de la pintura de un vehículo, además de jugar un papel importante en el aspecto del vehículo, puede impactar profundamente en el valor de reventa del mismo.


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El estado de la pintura de un vehículo, además de jugar un papel importante en el aspecto del vehículo, puede impactar profundamente en el valor de reventa del mismo.

Es por ello que luego de algún golpe en el que es necesario repintar hay que poner mucha atención para que nuestro auto quede bien reparado.

Aunque se trata de un asunto netamente estético, ya que la pintura ni aporta ni demerita en el rendimiento de un vehículo –simplemente ayuda a proteger las superficies de las inclemencias del tiempo-, el proceso de repintado exige una metodología cuasi perfecta para que el resultado final demuestre calidad.

Existen diferentes tipos de defectos en el repintado con nombre propio, en el caso de las piezas metálicas. Estos se dividen en dos: aquellos que afectan el aspecto visual sin generar daños a la lámina y aquellos que producen cambios en las propiedades de la pintura afectando visiblemente el resultado.

De acuerdo con sus causas, los defectos se clasifican en seis grupos:

– Aplicación y/o proceso: se presentan cuando el defecto se debe a fallas del operario ya sea durante la formulación, aplicación o por no seguir al pie de la letra el proceso recomendado por el fabricante de la pintura.

– Equipos y/o herramientas: se refiere al uso y/o selección inadecuada de las herramientas, o también por falta de mantenimiento correcto.

– Preparación de la superficie: de acuerdo con la pieza a pintar, se refiere al inadecuado alistamiento de las pinturas, ya sean de fondo o de acabado.

– Secado: cuando no se respetan los métodos y tiempos de secado.

– Sustrato: se refiere a cuando el proceso no se adecúa de manera correcta o se realiza mal la elección del proceso. Por ejemplo, realizar un proceso en una parte plástica siguiendo el método para una lámina de acero.

– Factores externos: son defectos que se producen por causas externas como es el caso de agentes biológicos y climáticos.

 

 



Fuente Revista Todo Motor